A white light {Katrina M.}

Me levanté de golpe, un sueño me estaba atormentando. Eso sólo me pasaba una vez por mes, si, las había estado contando.
El sueño trataba sobre mí, estaba corriendo en un bosque, pero era un bosque enorme, se suponía que tenía que encontrar la salida, pero no había salida, así que el sueño estaba engañoso porque yo tenía que hacer la salida. Nunca había sido bueno para hacer las cosas, tal vez pensarlas, pero no hacerlas. Me había levantado de golpe porque justo cuando tenía planeada hacer la salida, alguien apareció impidiéndome el paso... y eso es lo único que recuerdo.
Salí de la habitación descalzo, como de costumbre, y caminé hacia el elevador. Usualmente me daban ganas de subir las escaleras, pero ahora me sentía cansado y aturdido. No tenía los ánimos de subir las escaleras, no ahora. Presioné el primer botón, quería ir al último piso, a la terraza. Necesitaba aire, necesitaba saber que eso había sido sólo un mal sueño, bueno, una pesadilla.

El sonido del elevador sonó, había llegado al último piso. Caminé derecho y luego di una vuelta a la izquierda. La terraza estaba a unos metros de mí, cuando de repente vi algo blanco, ¿qué mierda había sido eso? Probablemente haya sido un efecto de mi vista por haberme levantado de golpe de la cama, o simplemente pudo haber sido la luna. La verdad era que ni una de mis respuestas me convencía absolutamente, pero decidí quedarme con la primer respuesta y seguir caminando.

El aire de la noche estaba puro. Respiré todo lo que pude, sino hubiera sido porque mi cuerpo sino respirara se muriera, me hubiera quedado con el aire dentro de mí, pero a los pocos segundos lo solté, haciendo que el aire que alguna vez estuvo dentro de mí, volviera a estar en la atmósfera. Caminé hacia las sillas que estaban a los lados, estaban un poco sucias, pero nada grave. Soplé en el asiento de mi silla y el polvo salió volando, haciendo que tosiera un poco. Tomé asiento y me puse a ver la noche. Sin duda estaba bonita, y mucho más ahorita que estaba joven, como yo.

Era curioso pero la primera vez que había pisado este lugar sentía mucho miedo, ahora simplemente no me podría imaginar en cualquier otro lugar del mundo, era cierto la fachada era algo tétrica pero fuera de eso era un lugar de verdad acogedor, salvo por algunas excepciones los fantasmas malos, aunque a ellos los solía evitar.

Fuera de lo anterior este era mi hogar y lo adoraba, me gustaba pasear por los pasillos oscuros cuando los pacientes descansaban así era mejor ya que no los asustaba con mi presencia y yo podía hablar con algún otro buen espíritu o incluso jugar con Luna, la hermosa mascota del hospital.

Estaba en la terraza buscando descansar un poco y contemplar la hermosa vista que se apreciaba desde aquel lugar, el cielo estaba especialmente despejado y había viento pero la verdad no me incomodaba estaba bastante ocupada viendo las luces de la ciudad a lo lejos, paseaba por la terraza bastante entretenida sin percatarme de que había alguien más ahí hasta que gire y ahí estaba en una de las sillas –hola- saludo de manera amigable esperando no saliera corriendo como la mayoría de la gente cuando la veía.

Estuve unos minutos relajándome en la silla, ni siquiera había volteado a ver a mis lados para ver el alrededor, pero de pronto escuché una voz.
Volteé bruscamente a mi lado izquierdo, ¡mierda! Me había asustado. Había una chica, no sé exactamente cómo describirla, pero era como de color blanco-transparente o algo así. Estaba, ¿flotando? Si, estaba flotando. Me paré de la silla con lentitud, me daba miedo que la chica me hiciera algo, pero cuando me paré, sólo estaba tranquilamente flotando. Me moví hacia la derecha, alejándome de la chica.

No podía creerlo, ¿qué era la chica? Parecía un fantasma, pero no creía en eso, así que opté por agarrar una buena bocanada de aire y soltarla después de unos segundos. Estaba mirando al piso y estaba parpadeando rápido, eso sólo me pasaba cuando quería decir algo, pero no me salían las palabras.
-¿Q-qué er-ere-eres?- dije aún mirando al piso y parpadeando. Me puse nervioso y saqué el pequeño clip que siempre traía conmigo. Empecé a jugar con el clip, lo torcía de todas formas. Me había dado cuenta de que no me importaba que era la chica, así que inmediatamente hablé.
-Olv-olvi-olvida la pregun-pregunta ant-ante-anterior. Ho-hola- dije dándome cuenta de que no me importaba que era la chica, sino cómo era. Sólo esperaba una cosa: que no se burlara de mí por mi tartamudeo.

Me alivio el hecho de que al menos el chino no me hubiera arrojado nada ni se hubiera ido en contra mía, no tenía miedo de que me hiciera algo, más bien era el miedo de que él se lastimara y dada la altura eso era probable. Estaba buscando la forma de contestar a su pregunta, al final no fue necesario ya que el chico me saludo, tartamudeaba al hablar, lo cual no me importo ya que había visto casos peores, además había entendido a la perfección si saludo –¿te gusta observar las estrellas o solo no podías dormir?- solo esperaba que no estuviera ahí para arrojarse al vacío, ellos de verdad me daban pena y no me gustaba cuando se quitaban la vida, aunque nunca podía hacer mas, no sin antes orillarlos a que se aventaran en lugar de salvarles, por eso muchas veces solo observaba con dolor como terminaban sus vidas.

La chica se estaba pensando la respuesta a la primera pregunta, pero lo bueno era que la había cambiado por un saludo, lo cual era bueno...por varias razones.
-No pod-podía dor-dorm-dormir- dije tartamudeando 'dormir' horriblemente. ¿Qué pensaría la chica de mí? -¿Tú?- pregunté. Podría haber sido que no pasara mucho tiempo con mis padres, pero una cosa si me habían enseñado, tener modales. Aunque no sólo se lo preguntaba por tener modales, me interesaba el saber porque estaba ahí. La verdad era que le quería preguntar cómo es que era un, ¿fantasma? Y me estaba hablando. Quería saber cuál había sido su muerte y algo que me estaba casi carcomiendo, si la podía tocar. Decían que los fantasmas eran invisibles o una mierda de ésas, era por eso que quería tocarla, aunque bueno, tal vez a la hora de tocarla me ponga nervioso y salga corriendo, como siempre.

Puse cara de resignación cuando hablo de no poder dormir, lo entendía a la perfección ya que si algo recordaba de cuando estaba con vida eran las largas noches de insomnio en este lugar, aunque en ese entonces no podíamos subir hasta este lugar –si te comprendo- asentí mientras seguía a unos metros de el sin animarme aun a acercarme por mido a que corriera, ya que el parecía agradable y pocas veces podía hablar con personas vivas. Baje la cabeza pensando en la respuesta adecuada –estoy observando la noche, me gusta ver las estrellas- conteste mientras sonreía levemnte.